El yogur es un alimento elaborado con leche que ha sido fermentada por bacterias específicas, lo que la convierte en una sustancia espesa y cremosa con un sutil sabor ácido. Desde hace siglos, se conocen los beneficios de este alimento. Entre ellos, destaca su contenido en proteínas, calcio y vitaminas, así como el aporte de probióticos beneficiosos que ayudan a la digestión.
Sin embargo, como ocurre con todo tipo de productos, sabemos que no todos los yogures son iguales, por lo que es fundamental poder seleccionar los mejores yogures, para poder aprovechar esos beneficios al máximo.
En esa línea, los yogures Larsa nos han llamado la atención por diferentes aspectos. Sin embargo, entre todos ellos, el más importante es su base, el tipo de leche que se emplea para su elaboración: leche de pastoreo.
En un mundo cada vez más industrializado, en el que se tiende a masificación en la producción de alimentos, en detrimento de su calidad, esta gama de yogures tiene como principal característica que, para elaborarlos, se emplea leche obtenida de vacas que pastan libremente y se alimentan de forma natural, lo cual, además, se certifica mediante una entidad independiente de verificación e inspección: SGS.
Este hecho, desde nuestro punto de vista, es un hecho diferenciador ya que, evidentemente, los beneficios de los yogures no pueden ser iguales si el origen es un tipo de leche con mayor o menor calidad.
Larsa, además, ofrece un catálogo enorme de sabores y variantes, desde los desnatados, para aquellos que deseen reducir el aporte graso, hasta aquellos que se suplementan con bífidus, como forma de mejorar aún más los beneficios de su consumo, pasando por los yogures con fruta, que se convierten en una de las mejores formas de conseguir que los niños incluyan en su dieta los beneficios del yogur y de la fruta, al mismo tiempo.

Sin embargo, no solo los niños se benefician de todo lo que aporta el yogur, sino que éste es interesante para todas las edades y situaciones, con diferentes ventajas para cada una de ellas.
Fundamentalmente, esto se basa en que el yogur aporta vitaminas y minerales esenciales para el organismo, como calcio, hierro, fósforo, potasio, vitamina B3, B12, B5, B2 y B9, entre otras.
El adulto medio necesita unos 1000 mg de calcio al día. El calcio es necesario para mantener unos huesos y dientes sanos y también estimula la contracción muscular en el cuerpo e influye en la coagulación de la sangre.
Los alimentos ricos en calcio son la leche desnatada, el yogur, el brócoli, la col rizada, las acelgas, los nabos y la berza.
Por ello, el consumo regular de yogures es de gran ayuda para una adecuada salud ósea y articular. Esto es especialmente importante en las mujeres embarazadas, las que están amamantando, las adolescentes y los adultos mayores de 50 años, ya que corren un mayor riesgo de no consumir suficiente calcio
Por último, también es de destacar que el yogur es un producto lácteo que la mayoría de los intolerantes a la lactosa pueden tolerar, porque las bacterias del yogur ya han descompuesto la lactosa, de forma que puede ser la alternativa saludable para que aquellos que padezcan intolerancia a la lactosa aporten a su dieta los beneficios que hemos estado describiendo en párrafos anteriores.