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Septiembre marca el final de las vacaciones, con todo lo que eso conlleva. Hay que prepararse para volver a la rutina y olvidarse del buen tiempo. Nos adentramos en el otoño, una estación propicia para sufrir los primeros catarros y para experimentar un cierto cansancio y fatiga. Hay que hacer todo lo posible para que el organismo se adapte lo mejor posible a las nuevas temperaturas y mantengamos el nivel de energía que requieren nuestras actividades. Para evitar estos contratiempos no estaría de más conocer cuáles son las mejores vitaminas que deberíamos tomar en otoño.
Todas ellas se pueden conseguir de manera natural a través de los alimentos, pero en ocasiones el cuerpo precisará de más nutrientes en función de nuestro estado. Y eso nos obligará a recurrir a los suplementos vitamínicos que podemos encontrar en https://www.farmaciasdirect.com/vitaminas-77.
Si eres de los que acaba resfriado cuando hay un cambio de temperaturas o de los que sufre la astenia otoñal, en ese caso te resultará conveniente conocer lo que necesita el organismo y las vitaminas que mejor te ayudarán en ese proceso de adaptación.

Vitaminas imprescindibles este otoño
Este otoño no dejes que el cansancio físico, la falta de sueño o la caída del cabello te acaben pasando factura. Pon remedio a todo esto con el empleo de una serie de vitaminas pensadas para esta época del año. Nosotros te presentamos las 9 más importantes.
Vitamina A
Este componente se encarga, entre otras cosas, de reforzar las defensas y evitar así enfermedades e infecciones. Desempeña una labor esencial en la recuperación de tejidos en dientes, huesos, uñas y cabello.
Está presente en alimentos como las zanahorias crudas, albaricoques secos, hígados de animales, espinacas, perejil o pimiento rojo.
Vitamina B3
Durante los cambios de estación es muy común que se produzca una mayor caída del cabello. Gracias a la vitamina B3 se incrementa la circulación hacia el cuero cabelludo, facilitando así el crecimiento capilar. También se encuentra en el sistema nervioso y el digestivo, sobre todo en la asimilación de proteínas y carbohidratos.
Hay que destacar su papel para mantener la piel sana, sobre todo después de unos meses en los que hemos estado más expuestos al sol. De forma natural podemos encontrarla en alimentos como las legumbres, cereales enteros, atún y carnes de pollo o conejo.
Vitamina B6
Nos encontramos ante un nutriente con un papel muy importante en nuestro cuerpo, principalmente por su capacidad para intervenir en la producción de anticuerpos o la trascendencia en la síntesis de proteínas, grasas o hidratos. También está vinculado con el incremento de los niveles de serotonina en sangre, colaborando en la síntesis de este neurotransmisor que asocian a los episodios de estrés o depresión.
Se puede obtener en alimentos como la ternera, el pollo o el cerdo, pero también pescados como el atún, el salmón y en los frutos secos.
Vitamina B7
Por medio de este nutriente se consigue que el cuerpo pueda transformar los alimentos ingeridos en glucosa, que es en realidad lo que nos aportará energía. Un déficit de esto puede desencadenar en un cansancio extremo o fatiga. También se ocupa de mantener en un perfecto estado el pelo, la piel y las membranas mucosas.
La tenemos a nuestra disposición en el hígado, la yema del huevo, levadura, cereales y frutos secos.
Vitamina B9
Se le conoce como ácido fólico y tiene la misión de fabricar glóbulos rojos para que el organismo se nutra de la manera adecuada. Está presente en legumbres, cítricos, espárragos o judías.
Vitamina C
Consigue reforzar el sistema inmunitario, potenciado la absorción de hierro. La ausencia de este nutriente se asocia a dolores de cabeza, fatiga y cansancio. Estos síntomas suelen aparecer con más frecuencia durante el otoño.
La vitamina C se puede encontrar en las naranjas y mandarinas, pero también en los pimientos verdes y amarillos, así como en la coliflor o el brócoli.
Vitamina E
Este componente cuenta con un gran poder antioxidante, de ahí que ayude mucho a la protección de las células frente a la oxidación originada por radicales libres. Las propiedades antioxidantes ayudan al sistema inmunológico, pero también al cardiovascular y al nervioso.
Los alimentos en los que está presente esta vitamina son los aceites vegetales, maíz dulce, espinacas en conserva, guisantes, dorada, pistachos o pipas de calabaza.
Vitamina K
Colabora de manera activa en el buen estado de los huesos debido a su interacción con el calcio. En esta época del año adquiere una mayor relevancia ante el incremento de los problemas óseos, sobre todo por el cambio de presión atmosférica.
De manera natural se puede conseguir por medio de las verduras de hoja verde, como la lechuga, las espinacas, brócoli o coles de bruselas, además de los tomates, patatas o espárrago.
En muchas ocasiones, aunque nuestra dieta resulte muy saludable y equilibrada, no conseguimos las suficientes cantidades de estos nutrientes, y eso nos llevará a incorporar los suplementos vitamínicos.