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El té blanco ha sido utilizado como remedio natural desde hace varios siglos, debido a sus propiedades beneficiosas; la ciencia moderna ha descubierto lo que la ancestral tradición china ya conocía desde hace mucho tiempo: que es óptimo para la salud.
Mientras otros tés como el negro o el verde son saludables, el blanco tiene una característica extra: es uno de los menos procesados y, por ello, contiene los más elevados niveles de antioxidantes.
Es muy raro que el consumo de té blanco pueda producir cualquier efecto colateral, sin embargo, como con cualquier otro producto, estos existen y debemos conocer cuáles son.
Como ya hemos mencionado, el té blanco es de todas las variedades existentes, la menos procesada, puesto que proviene de los brotes más jóvenes de la planta Camellia sinensis y, para ser obtenido, sus hojas son puestas a secar al sol.

Además de eso, y con relación a los otros tipos de té, tiene una particularidad que se refiere a las mínimas contraindicaciones que tiene, por lo que su consumo es desaconsejado en muy pocos casos.
Efectos secundarios del té blanco
Como todos los tés, el blanco contiene teína, por lo cual uno de los principales efectos colaterales de esta bebida está relacionado con ella. La teína puede ejercer un efecto estimulante del sistema nervioso de tal manera que su consumo no se recomienda a personas muy nerviosas, con estrés, ansiedad, diabetes o hipertensión arterial, puesto que estas condiciones pudiesen verse agravadas. Aunque esta variedad de té es la que tiene menor contenido de teína, debemos tener en cuenta que existe el riesgo de que, en algunas personas, pueda provocar como efecto secundario nerviosismo e insomnio.
Debido a esto, no se recomienda tomar más de 3 tazas por día del té blanco, ya que en exceso puede provocar problemas para conciliar el sueño, irritabilidad y nerviosismo.
Precisamente por su contenido en teína, el té blanco está contraindicado para niños menores de 12 años de edad, así como en mujeres embarazadas y en aquellas que estén amamantando.
La teína durante la gestación no se recomienda puesto que el feto no puede metabolizarla de forma adecuada, y en caso de estar dando leche materna al bebé, esta puede aumentar la sensación de intranquilidad en el niño. En todo caso siempre es mejor consultar con el médico si es adecuado o no tomar una taza de té blanco.
La ingesta de cantidades excesivas de té blanco puede llegar a producir reducción de los niveles de potasio en el organismo, lo que a su vez puede originar la aparición de problemas gastrointestinales, como son vómitos, dolores abdominales, calambres, náuseas, diarrea, etc. Así que es importante no excederse en su consumo y evitarlo en el caso de que aparezcan algunos de estos síntomas.

¿Alergia al té blanco? Es raro, pero no imposible
Aunque el té blanco no contiene conservantes, colorantes o cualquier otro compuesto químico y no suele producir problemas, se han observado casos de alergias específicas a este té. Lógicamente en esos casos su consumo deberá ser siempre evitado.
Recomendaciones y precauciones
Es importante tener en cuenta que cuando se consume el té blanco en forma de cápsulas, estos problemas gástricos o cualquier otro efecto negativo pueden verse potenciados, debido a que, es posible que tales cápsulas contengan otras sustancias además del extracto del té blanco, y estas, pudieran aumentar los posibles problemas. Por ello, deben tomarse los cuidados necesarios y estar atentos al origen y calidad de los concentrados en cápsulas del té.
Sea cual sea la forma en la cual se consume el té blanco, natural o en cápsulas, se debe hacer una buena programación de su ingesta en horarios adecuados, evitarlo en las noches para no sufrir de insomnio y no tomarlo después de las comidas para garantizar la absorción de nutrientes como el hierro, ya que su absorción se ve dificultada si se toman los alimentos con té.
Por esto, y más que una contraindicación sería una recomendación para las personas que padecen de anemia, se debe limitar el consumo de té blanco cuando se esté ingiriendo alimentos o suplementos ricos en hierro para evitar la interferencia con la buena absorción de mismo y de otros nutrientes.
También deberás consultar con el médico si puedes tomar este tipo de té si estás en tratamiento con anticoagulantes, debido a que, el té blanco, puede interferir con ellos.
Una vez conocidas las contraindicaciones del té blanco, se puede entonces hacer un consumo responsable de la bebida y aprovechar al máximo todas sus propiedades beneficiosas.
Un último consejo: Es muy importante hacer énfasis en la necesidad de escoger un té blanco de buena calidad, que no contenga conservantes o aditivos, que puedan interferir con sus efectos beneficiosos sobre la salud.
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