Es muy probable que en los últimos años hayas escuchado hablar sobre los probióticos. Las campañas televisivas y los nutricionistas han ido concienciando poco a poco a la población sobre la importancia de estos microorganismos tan beneficiosos. Sin embargo, muchos siguen sin saber qué son exactamente o dónde comprar probióticos. Por ello, a continuación, te traemos una serie de datos que resolverán todas tus dudas.
Qué son los probióticos
Como sabrás, nuestro intestino está formado por cientos de microorganismos, principalmente bacterias, aunque también se pueden encontrar levaduras. Hasta hace no mucho, su funcionamiento había pasado desapercibido para los expertos, quienes consideraban que el intestino era una mera herramienta del sistema digestivo. Sin embargo, en la actualidad sabemos que estos microorganismos llevan a cabo una función fundamental en el sistema inmunitario de nuestro cuerpo. Así, estos forman lo que se conoce como “microbiota”, un pequeño ecosistema en el que debe darse un equilibrio para su correcto funcionamiento. Este equilibrio de la flora intestinal se consigue de diversas maneras, entre las que destaca el consumo de prebióticos y probióticos.

Comúnmente se conocen como probióticos aquellos alimentos que contienen microorganismos que ayudan al buen funcionamiento de nuestro intestino. Se encuentran tanto en alimentos (yogurt) como en suplementos o medicamentos que se comercializan en establecimientos específicos y farmacias.
No obstante, para que hablemos de probiótico, el microorganismo debe estar vivo, pertenecer a una cepa específica, permanecer estable en el tiempo y haber demostrado su beneficio, entre otras.
Dada su utilidad y beneficios, los probióticos pueden ser utilizados a cualquier edad. Por ello, es común su prescripción por parte de los médicos de cabecera en casos de virus intestinales o diarreas. No obstante, no debemos olvidar que la flora intestinal es diferente en cada individuo y depende de múltiples factores.
Uso de probióticos
La “microbiota” intestinal puede verse alterada por diversas causas. El envejecimiento, el estrés o ciertos componentes hereditarios son algunos de ellos. De igual modo, el uso de agentes externos como antibióticos o alimentos procesados tienen efectos devastadores en nuestra flora intestinal. Por ello, los especialistas recomiendan restablecer su equilibrio con el fin de evitar enfermedades o alteraciones serias a largo plazo.
En este sentido, el consumo de prebióticos -alimentos que estimulan el crecimiento y reproducción de la microbiota intestinal- puede combinarse con el uso de probióticos. Entre los alimentos que contienen probióticos, el yogurt es uno de los más importantes. El kéfir, las aceitunas, el miso o incluso algunos quesos fabricados a base de leche fermentada ayudan a que se estabilice la flora.
En la farmacia podrás encontrar probióticos específicos. Los medicamentos probióticos garantizan la cantidad adecuada y la indicación específica facilitando el equilibrio de la microbiota.
Dependiendo de la cepa y composición, pueden estar indicados en situaciones concretas como es el consumo reiterado de antibióticos. Se trata de prevenir los efectos devastadores de estos medicamentos sobre la microbiota, en el que en un gran número de casos acaban desarrollando diarrea.