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Dieta disociada. ¿Sabes en qué consiste?
La dieta disociada alcanzó hace ya varios años bastante notoriedad. Algunas de las dietas de moda, como la dieta Montignac, se basan en ella. En realidad, no se trata precisamente de una dieta moderna ya que tiene su precursor en la Dieta separada de Hay, cuyo origen se encuentra nada más y nada menos, que a comienzos del siglo XX.
¿En qué se basa la dieta disociada?
Aunque no es fácil encontrar información sobre la dieta disociada bien explicada, lo más importante es que esta dieta se basa en la creencia de que los alimentos no son los responsables del aumento de peso en sí mismos, sino la mala combinación de ellos. Defiende que los hidratos de carbono no pueden consumirse junto a las proteínas en una misma comida, debido a que los primeros necesitan un pH alcalino para su absorción y las proteínas un pH ácido. Sobre este concepto, hay opiniones muy diversas entre la comunidad.
¿Conoces la dieta por puntos? Te aconsejo que también la consultes, ya que puede resultarte de interés

Pautas de una dieta disociada
Habitualmente se recomienda seguir una serie de pautas al a hora de organizar los menús de una dieta disociada:
- Los hidratos de carbono no se mezclarán nunca con las proteínas.
- Las comidas se realizan en cinco tomas diarias: Desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cena.
- Los hidratos de carbono se toman en el desayuno y almuerzo.
- Las proteínas se reservan para la cena.
- La fruta no se debe mezclar con ningún tipo de alimento, por tanto se reserva para media mañana o merienda.
- No se mezclarán las proteínas con las grasas.
- Los diferentes tipos de hidratos de carbono no deben mezclarse, por ejemplo, judías con patatas.
- Las nueces no deben consumirse junto a las proteínas.
El problema de esta dieta es que es fácil llegar a extremos desequilibrados en el afán de “no mezclar”. He conocido casos de gente que se “diseñaron” su propia dieta disociada de la siguiente manera:
Lunes: Verduras. Ese día sólo se pueden comer verduras, por ejemplo ensalada de lechuga, cebolla, tomate y pepino. Aunque se atiborre de ensalada, ese día a penas llegará a las 600 calorías, algo claramente insuficiente y además no habrá consumido nada de proteínas.

Martes: Huevos. Ese día sólo comerá huevos, o sea, proteínas. Si se comen tantos huevos en un día se sobrecargarán los riñones y el hígado, a pesar de continuar con un déficit calórico importante.
Miércoles: Fruta. Igualmente faltan proteínas y calorías ese día (comiendo un kilo de naranjas puede llegar a las 500 calorías y a un ardor de estómago tremendo).
Jueves: Pollo. Otro atracón proteico hasta que salgan plumas.
Viernes: Pescado blanco. Sólo comerá este tipo de pescado y no llegará a las 1000 calorías.
Sábado y Domingo: Días libres (que suelen ser de atracón).
Otro ejemplo de «dieta disociada»
Este es un ejemplo de dieta disociada mal entendida porque puede realizarse de una forma más equilibrada:
Desayuno: Té con edulcorante y una tostada de pan con un chorrito de aceite de oliva.
Media mañana: Un puñado de nueces.
Almuerzo: De primero: Ensalada verde aliñada con una cucharada de aceite de oliva, sal y vinagre.
De segundo: Un plato de arroz, o pasta o patatas o legumbres. (El arroz, las legumbres y la pasta pueden acompañarse de verduras).
Merienda: Una pieza de fruta.
Cena: Primer plato: Puré de verduras
Segundo plato: Una ración de carne o pescado.
A pesar de todo, no se ha demostrado el fundamento científico y puede que la pérdida de peso se deba más bien al “aburrimiento” de comer platos tan sosos y tristes…
¿Quieres saber más y conocer las ventajas e inconvenientes de la dieta disociada? Visita: La dieta disociada. Beneficios y efectos secundarios