Vigorexia. Síntomas y signos
Javier Fuertes Sánchez
La vigorexia, trastorno de dismorfia muscular, complejo de Adonis o anorexia inversa, debe ser diagnosticado precozmente y tratado adecuadamente. Para ello, es importante conocer sus síntomas y distinguirlo de una simple afición al deporte o a querer verse bien musculado y tonificado, ya que esto en sí no es una enfermedad (igual que no es una enfermedad querer hacer dieta para perder unos kilos. No todo el que hace dieta padece anorexia).
Entre los principales síntomas de la vigorexia se encuentran:
– Obsesión con el culto al cuerpo.
– Realización de ejercicio físico en un número de horas al día llamativamente mayor al habitual.

– Realización del entrenamiento siempre, a pesar de existir alguna enfermedad o lesión.
– Baja autoestima. Para mantener alta su autoestima necesita de la admiración de otros por su físico.
– Depresión.
– Abandono de cualquier otro tipo de actividades sociales, familiares, y a veces, incluso laborales.
– Obsesión excesiva por la alimentación destinada a favorecer el desarrollo de masa muscular. El tener que seguir una dieta tan estricta, puede llegar a hacerles comer de forma diferente al resto de su familia e incluso a otras horas, favoreciéndose así su grado de aislamiento y su obsesión por la consecución de su objetivo.
– Tendencia a la automedicación. Suelen tomar anabolizantes, esteroides…

– Se pesan muy a menudo.
– Se miran con gran frecuencia en el espejo y siempre se ven muy flacos aunque en realidad su masa muscular esté hipertrofiada.
Como ya hemos dicho, hacer ejercicio puede reportarnos grandes beneficios sin embargo la vigorexia pone en riesgo nuestra salud, por ello, es importante descubrir estos signos, ya que el aspecto de quienes padecen esta enfermedad puede ser muy saludable y hacer que el trastorno tarde en ser diagnosticado hasta que ya se encuentre muy avanzado.