Intolerancia alimentaria. Definición y tipos

Generalmente, cuando se habla de problemas relacionados con la alimentación en los países más desarrollados, se suele pensar sobre todo en los problemas por exceso (obesidad, sobrepeso,…) o por defecto (anorexia nerviosa, dietas excesivamente restrictivas,…). Por otro lado, hay una creencia general que nos lleva a pensar que la mejor alimentación es la más variada, incluyendo todos los tipos de alimentos posibles en nuestra dieta.

Sin embargo, tras ingerir determinados alimentos, algunas personas  pueden empezar a mostrar síntomas como diarrea, dolor de cabeza, alteraciones respiratorias, problemas de la piel (urticaria, acné, psoriasis, etc.) o fatiga crónica. En estos casos, podemos encontrarnos frente a una intolerancia alimentaria, patología que tiene una incidencia progresivamente mayor en nuestra sociedad.

¿Qué es una intolerancia alimentaria?

Este problema consiste en una reacción adversa o desfavorable frente a determinados tipos de alimentos, cuyas consecuencias pueden ser progresivamente mayores, hasta originar alteraciones serias de la salud, si no se elimina el aporte de los alimentos “no tolerados”, lo cual no siempre es sencillo.

¿Cuál es la causa de las intolerancias alimentarias? ¿Qué tipos de intolerancia alimentaria hay?

Las intolerancias alimentarias suelen ser consecuencia de uno de los siguientes problemas:

  1. Déficit (en la cantidad o la calidad) de algunas enzimas digestivas, encargadas de procesar los alimentos ingeridos (un ejemplo de este problema es la intolerancia a la lactosa)
  2. Sustancias incluidas en los alimentos, que provocan una reacción farmacológica (histamina, tiramina, cadaverina etc.)

¿Qué comidas producen intolerancia alimentaria?

Este problema presenta una variabilidad interpersonal muy grande, por lo que encontramos reacciones adversas a los alimentos muy diferentes entre sí.

Sin embargo, los alimentos que provocan intolerancia alimentaria con más frecuencia son dos: los que contienen lactosa y los que contienen gluten, dando lugar, respectivamente, a la intolerancia a la lactosa y a la intolerancia al gluten.

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Intolerancia a la lactosa

¿Qué es la intolerancia a la lactosa? ¿Qué alimentos provocan intolerancia a la lactosa?

La lactosa es un tipo de azúcar presente en la leche y sus derivados (queso, nata, yogur, etc.). Para digerirla, es precisa la función de una enzima que se encuentra en el intestino delgado. Cuando no disponemos de la cantidad suficiente de esta enzima, aparecen los síntomas de la intolerancia a la lactosa.

Este problema es más frecuente a medida que vamos cumpliendo años, llegando a afectar a un porcentaje muy importante de la población adulta (variable en función de su raza y edad).

¿Qué es la intolerancia al gluten?

La intolerancia al gluten es una reacción adversa que ocurre en determinadas personas tras la ingesta de gluten, que es una proteína que podemos encontrar en el trigo, el centeno, la avena y la cebada y se caracteriza por asociarse a algunos de los siguientes síntomas: diarrea, vómitos, anemia, distensión abdominal, retraso en el crecimiento y/o pérdida de peso.

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Intolerancia al gluten

¿Qué debemos hacer frente a la intolerancia al gluten o a la lactosa?

En primer lugar, como es lógico, evitar el consumo de los alimentos (cereales como los mencionados o derivados lácteos) que la provocan.

Sin embargo, el diagnóstico de este tipo de problemas no suele ser sencillo y es fácil confundir un tipo de intolerancia con otra, o bien con una alergia a algún alimento, la cual tendría un enfoque diferente en muchos aspectos.

Por ello, ante la sospecha de una intolerancia alimentaria, como en cualquier otro problema relacionado con la salud, lo mejor es acudir a un profesional experto que nos ayude con su detección (mediante una adecuada historia clínica y los tests correspondientes, si están indicados) y, posteriormente, con la orientación más adecuada para mitigar los efectos de este problema.

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