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Échale huevos y sal. Revelamos los mitos que creías
¿Qué tienen en común las zanahorias y la 2 Guerra Mundial? ¿Y un hombre que comía 25 huevos al día? ¿Sabías que caminar puede ser mejor que correr?
Descubrimos la verdad escondida detrás de algunos de los mitos más esparcidos por todo el mundo. ¿Los conoces todos?
Las zanahorias mejoran la vista
Durante la segunda guerra mundial, los británicos descubrieron una nueva herramienta que les daba una ventaja enorme frente a sus enemigos: el RADAR. Pero no podían correr el riesgo de que el enemigo descubriera esta ventaja y la copiara. Así que el ejército británico empezó el rumor de que sus pilotos llevaban una dieta rica en zanahorias para poder así tener visión nocturna.
Esto no quiere decir que las zanahorias no aporten beneficios para los ojos. Son una buena fuente de Vitamina A, que es esencial para la salud general de los ojos (y también del pelo, la piel e incluso para nuestras defensas). Aunque es importante comer fuentes de Vitamina A (como las zanahorias, la lechuga, los guisantes, el queso…) comer más no te ayudará a ver mejor.

Correr es mejor que caminar
Siempre se ha dicho que tanto caminar como correr son buenos para el corazón. Pero parece que dar un paseo está reservado a aquellos que no quieren o pueden correr. Bueno, la realidad es bien distinta.
Según recientes estudios, al corazón le sienta igual de bien caminar que correr, siempre que hablemos de la misma distancia. De hecho, caminar mejora incluso más el riesgo de presión alta, colesterol y enfermedades del corazón. Además dar un paseo se puede adoptar en el día de forma sencilla y fácil: con la familia, sacar al perro o hacer turismo.
Y cuando se trata de perder grasa… ¿qué es mejor para la salud: caminar o correr?
Dieta baja en sal para corazones enfermos
Efectivamente: aunque reducir el consumo de sal puede reducir un poco la presión sanguínea, esto no tiene ningún efecto que se haya demostrado en la salud del corazón.
De hecho, en este estudio en el que participaron más de 28.000 personas, los investigadores comprobaron que aquellos participantes que tomaban 7000 mg al día (más de 3 veces la cantidad recomendada) y también los que tomaban menos de 3000 mg al día (un poco más de la cantidad recomendada) tenían un número mayor de muertes causadas por enfermedades del corazón. En otras palabras, lo ideal es no abusar pero tampoco limitarse de forma obsesionada.
Es importante que nos demos cuenta de que la sal que viene en los alimentos preparados no es igual que la sal marina. En esta investigación se pudo comprobar que el riego sanguíneo se reducía temporalmente entre 30 minutos y 1 hora después de haber tomado el alimento con sal procesada, cosa que no ocurre con la sal natural.
Así que recuerda: la sal con moderación pero sin miedo. Y, por supuesto, que sea de calidad.

El huevo es malo para el colesterol
Mucha gente cree que se deben comer 3 huevos a la semana como mucho. De lo contrario, el colesterol en sangre podría aumentar y tener problemas de corazón. Pero, ¿sabías que un hombre, que vivió hasta los 88 años, comía 25 huevos al día? Y lo más sorprendente: sus resultados de la analítica de sangre reflejaron unos niveles de colesterol completamente normales. ¿Cómo puede ser?
Se ha demostrado que el colesterol de los alimentos (el que ingerimos) afecta muy poco a los niveles de colesterol en nuestro cuerpo. Así que parece que ni el huevo ni cualquier otro alimento rico en colesterol producirá cambios importantes en nuestros análisis de sangre.
Cocinar al microondas es peligroso
Quizás sea porque «microondas» nos suena a ciencia ficción o a algún tipo de superpoder. En realidad, las microondas son ondas como la luz que vemos. Si pudiéramos estirar un rayo de color rojo que está vibrando, tendríamos una microonda. Así que no tienen nada de raro.
Estas ondas hacen que las moléculas que componen la comida vibren y giren. Y esto provoca que la comida se caliente. En otras palabras, la comida se calienta por el calor creado en su interior no por las microondas. Aun así, hay que tener en cuenta que calentar algunos plásticos o materiales no apropiados puede resultar peligroso al añadir compuestos artificiales a la comida.
Cada vez descubrimos que las cosas que dábamos por sentado no siempre son correctas. Hasta no hace mucho, estaba convencido del mito de que correr es mejor que caminar y también de que la sal es mala para el corazón.
¿Y tú, cuáles pensabas que eran ciertos?
Autor: Joan Climent