El Dopaje
A. de Fontcuberta Fernández-Fontecha
Según la Real Academia Española, el deporte es la actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas. Por otra parte, la misma define el dopaje como la administración de fármacos o sustancias estimulantes para potenciar artificialmente el rendimiento del organismo con fines competitivos.
El doping es el uso de procedimientos prohibidos para aumentar el rendimiento. Entre estos destacan los esteroides, las transfusiones de sangre, los estimulantes, las hormonas, los narcóticos, etc. A largo plazo, esta práctica ilícita trae consecuencias como cáncer, infertilidad en el caso de las mujeres o desarreglos hormonales. En teoría, el dopaje no debe tener cabida en el mundo deportivo, pero por desgracia la realidad es otra.
Cada vez nos hemos puesto más serios con este tema y se han intensificado los controles antidopaje. Aún así, hasta nuestros días, el deporte profesional está lleno de casos, sobre todo en el ámbito ciclista. Lance Armstrong es un ejemplo actual de mito caído; la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA) anuló en 2012 sus siete títulos del Tour de Francia. Además, declaró que “prácticamente todos violábamos las reglas y lo encubríamos”.
Otra muestra de la preocupación mundial acerca del doping tuvo lugar recientemente, en la elección de la ciudad de acogida de los Juegos Olímpicos del año 2020. Allí, el Comité Olímpico Internacional puso en jaque la candidatura de Madrid al formular una pregunta sobre la Operación Puerto.

Todo ejercicio físico implica jugar limpio y los deportistas son conscientes de ello. Quizá es la razón que explica que con el paso de los años muchos atletas confiesan ante el mundo que se doparon. Al fin y al cabo, el deporte es una filosofía de vida que recoge aspectos como la disciplina, la asunción de un reto, el saber ganar y el saber perder, la exigencia, el compromiso o la motivación. Y existen unas normas de corrección que deben cumplirse. Todo ejercicio físico implica jugar limpio. No te engañes, ganar con trampa es perder.