La dieta primaveral

La dieta primaveral

La primavera está a la vuelta de la esquina. En muchas ciudades ya han comenzado a subir las temperaturas y más allá del deseo de tener buen aspecto, está el deseo de comer sano y ligero.

Es el momento de dejar atrás las comidas copiosas y los platos contundentes (tan necesarios a veces para hacernos entrar en calor) y apostar por preparaciones más frescas. ¿Por qué no aprovechar el momento para adquirir costumbres saludables?

La dieta primaveral es un buen momento para desintoxicarnos eliminando las toxinas acumuladas, para ello puede incluso llegar a ser conveniente seguir una dieta depurativa durante unos días, pero en otras ocasiones, simplemente bastará con elegir productos frescos de temporada para notar cómo nos llenamos de energía.

Junto con el verano, es la época del año ideal para incrementar nuestro consumo de frutas frescas y verduras.

Nada mejor que comenzar la dieta primaveral que desayunando un tazón de frutas. Las frutas que puedes encontrar en esta época son fresas, fresones, cerezas, melocotones y albaricoques, entre otras. Es cierto que hoy en día podemos encontrar muchas de estas frutas todo el año, pero es en su época natural cuando las encontraremos con su mejor sabor y frescura.

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La dieta primaveral

La subida de temperaturas nos hará más sencillo comer ligero. No te olvides de incluir en tu almuerzo y cena una ración de verduras (ideal si además las tomas en forma de ensalada, ya que así no se alterarán sus nutrientes durante el proceso de cocción).

Incluyendo frutas y verduras de temporada te garantizas un aporte adecuado de fibra, minerales y vitaminas, fundamentalmente:

  • Vitamina A y betacarotenos: Necesarias para nuestra piel, son antioxidantes naturales. Ver: «alimentos antioxidantes«.
  • Vitaminas del grupo B: Imprescindibles para el buen funcionamiento de nuestro sistema nervioso e inmunitario.
  • Vitamina C: Antioxidante y necesaria para, entre otras cosas, reforzar el sistema inmunitario.

La dieta primaveral es la ocasión ideal para aumentar, si es necesario, tu consumo de pescado, ya que es una gran fuente de proteínas pero, al mismo tiempo, resulta mucho más fácil de digerir que la carne.

Tampoco dejes pasar la ocasión de consumir carbohidratos de absorción lenta, es decir pan, pasta y arroz integral. Este tipo de alimentos te proporcionarán energía y eliminarán la sensación de hambre durante más tiempo, debido a que además de contener un alto porcentaje de fibra, ayudan a mantener unos niveles de glucosa en sangre estables durante horas.

Si además de todo esto bebes suficiente agua y haces algo de ejercicio al aire libre, sentirás como tu vitalidad aumenta y no sentirás para nada los efectos de la molesta astenia primaveral.

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