Consejos para superar la adicción a los dulces

Consejos para superar la adicción a los dulces

Salud Delgado Fuentes

Nuestro organismo necesita hidratos de carbono como combustible y, hay momentos, en que el cuerpo nos está pidiendo azúcar. El azúcar es un tipo de hidrato de carbono de absorción rápida, que nos proporciona un chute de energía en momentos de necesidad. El problema surge cuando sentimos que no podemos pasar sin los dulces, cuando estos se convierten en una obsesión, o cuando, sabemos que si comemos uno, no será suficiente y no podremos parar.

Cuando los dulces se convierten en una obsesión y siempre deben estar presentes en nuestra despensa, es posible que a la larga esto se traduzca en otros problemas de salud, como obesidad, caries y diabetes.

Si te sientes identificado con las descripciones anteriores puede que algunos de los siguientes consejos te resulten de utilidad:

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Consejos para superar la adicción a los dulces

–       Aprende a escuchar a tu cuerpo y dale los nutrientes que necesita para desarrollar adecuadamente su actividad: Esto significa comer de manera equilibrada antes de sentir un hambre atroz. En los momentos en que sentimos ya el hambre como tal, es más probable que nos lancemos sobre un trozo de chocolate o un bollito.

–       Haz un desayuno en el que no falten hidratos de carbono complejos (pan, cereales…) y proteínas: Este desayuno te dará energía te ayudará a sentirte saciado.

–       A media mañana y cada vez que sientas hambre toma fruta: La fruta es rica en azúcar y al calmar tu apetito también calmará tu ansiedad.

–       Como siempre, lo mejor es evitar las tentaciones: Si sabes que las chucherías y los productos de repostería son tu debilidad, evita tener estos productos en casa, así cuando te obsesiones por la imagen de una barra de chocolate, tendrás que optar por comerte un plátano (también es rico en triptófano) y desparecerá tu obsesión.

–       Puedes permitirte un premio los fines de semana: De esta forma sabrás que puedes comer eso que tanto te gusta pero sin perder el control sobre ello. Y cuando lo comas, hazlo despacio y saborea cada bocado sin culpa, por algo es tu premio. Tampoco es cuestión de amargarse la vida.

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