¡Come pescado!

¡Come pescado!

David Luchini

Los pescados tienen una gran riqueza nutritiva que debemos analizar. Sus aportes son ricos y variados y es por ello que se deben incluir a la dieta. Hay países donde la población tiene al pescado como su base nutritiva. Islandia, Japón y Portugal son los mejores ejemplos de ello. Si bien las formas de preparación pueden alterar los valores nutricionales, el pescado a grandes rasgos posee bajos niveles de calorías y tiene importantes aportes que veremos a continuación.

Los peces suelen tener muchos niveles de potasio, elemento muy útil para mantener la presión osmótica dentro de las células del organismo y de particular interés para el ritmo normal del corazón.

El atún, por ejemplo, por cada cien gramos aporta una importante cantidad de vitaminas A, B1 y B2. Posee potasio, sodio, calcio, hierro y fósforo y tiene muy poca grasa.

El bacalao, aunque aporta muy poco hierro y casi nada de vitaminas, es una gran fuente de potasio, fósforo y sodio.

Otro pez que aporta mucho potasio y fósforo es el arenque. Este pez, originario de mar Báltico, otorga mucha vitamina A, que sirve para la piel, tejidos blandos y membranas. Con frecuencia, el arenque se consume ahumado, sobre todo en países del norte de Europa (Noruega, Finlandia, Suecia).

La merluza y el pejerrey, peces de ríos y lagos, aportan una buena cantidad de fósforo. Este elemento es de suma importancia para los huesos, para el cerebro y la oxigenación de la sangre.

Dos buenas fuentes de potasio son la trucha y el surubí, peces que, además, aportan sodio y fósforo.

Ten en cuenta que para cocinar pescados debes lavarlos muy bien. Luego sécalos. Es recomendable sacarle las espinas porque pueden ser peligrosas para la salud. Puedes usar los restos para sopas.

También trata de evitar sobre cocinarlo –sea asarlo o hervirlo de más. Se pierde el sabor a través de jugos nutritivos y también algunos nutrientes.

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