Adicción: adictos a la comida.
Noelia Martínez Pérez
Se entiende por adicción a la comida a la relación de necesidad y dependencia hacia la ingestión de alimentos.
La adicción a la comida no debe ser confundida con la bulimia nerviosa ni con el trastorno por atracón.
Los adictos a la comida buscan calmar su ansiedad por medio de los alimentos. Muchos de ellos pueden comer grandes cantidades de un alimento concreto mientras que otros puede que se pasen el día comiendo pequeñas cantidades pero sin parar.
En la mayoría de las ocasiones un adicto a la comida tendrá también sobrepeso. Generalmente en estas personas aparece obsesión por la comida, la imagen corporal y el peso.

Entre las causas de esta adicción se suelen encontrar problemas de tipo emocional. Algunas personas no son capaces de manejar de forma adecuada el dolor, la ansiedad, las frustraciones y encuentran en la comida una especie de satisfacción reconfortante.
Es una adicción difícil de superar sin ayuda ya que, por ejemplo, un alcohólico puede evitar volver a enfrentarse al alcohol pero no un adicto a la comida, ya que la comida es necesaria para vivir.
El tratamiento por tanto debe centrarse en el manejo adecuado de las causas que lo originaron y en la creación de una nueva relación (sana y equilibrada) con el tema de la alimentación.
Aparte de este tema, algunos alimentos pueden ser más adictivos que otros haciéndonos sentir la necesidad de tenerlos siempre en casa para consumirlos a diario (aunque esto no sea un tema grave de adicción a la comida). Entre ellos encontramos:
– Café: Al tener cafeína es un estimulante natural y muchas personas necesitan tomar café a la hora de ponerse en marcha por la mañana. También es frecuente quien necesita de varias tazas de café durante el día.
– Refrescos de cola: Ocurre con ellos igual que con el café pero si además llevan azúcar pueden resultar bastante adictivos en los momentos de “bajón”.
– Chocolate: Muy adictivo ya que además de resultar delicioso contiene multitud de sustancias que resultan estimulantes (cafeína y teobromina), antidepresivas (feniletilamina) y ansiolíticas (hidratos de carbono y grasas vegetales).
– Queso: El queso también se encuentra entre los alimentos más adictivos. Se cree que es por su alto contenido en caseína.

Algunas preguntas para reflexionar:
– ¿Piensas constantemente en comer?
– ¿Comes muchas veces sin hambre porque estás triste, nervioso o preocupado?
– ¿Comes de manera diferente si estás solo?
– ¿Te sientes culpable porque crees que comes más de lo que deberías?
– ¿Piensas que no puedes evitar comer de la forma en que lo haces?
– ¿Comes algún alimento que sabes que te perjudica pero no puedes evitarlo?